Temprano en el año, la Legislatura Estatal de Florida aprobó una medida que posteriormente fue firmada por el Gobernador Ron DeSantis que crea y establece la Oficina de Delitos Electorales y Seguridad. Esta nueva oficina fue creada con el propósito de investigar delitos electorales y de imponer el cumplimiento de leyes relacionadas al fraude electoral por votantes.
Aclaramos y destacamos: el fraude electoral NO alteró los resultados de ni una sola elección en el año 2020. Las elecciones generales del 2020 fueron una de las elecciones más llevaderas y sin problemas en la historia del estado de Florida. La teoría de conspiración de que la elección del 2020 fue fraudulenta es una mentira y no existe evidencia alguna que fundamente esta mentira.
Cuando la medida fue sometida por primera vez, expertos en ley y derecho electoral presentaron dudas sobre la habilidad del estado de Florida en hacer cumplir estas leyes de forma equitativa y justa. Ello levantó serias interrogantes sobre si la nueva oficina se utilizaría para identificar, intimidar y carpetear a ciertos electores o inclusive grupos enteros que históricamente han sido perseguidos. Como, por ejemplo, los ciudadanos que recientemente se han reintegrado a la comunidad luego de cumplir su sentencia en el sistema correccional y que recuperan sus derechos civiles como el derecho al voto.
Sin embargo, los líderes republicanos en la legislatura y el Gobernador DeSantis procedieron a la aprobación y firma de esta medida de forma atropellada, resultando en el arresto de 19 personas por delitos electorales durante el mes de agosto 2022. Luego de una serie de requerimientos de información pública hechas por los medios de comunicación, ahora sabemos que 15 de esas 19 personas son afroamericanos, confirmando así las sospechas y miedos sobre cómo esta ley se iba a implementar y a quienes iba dirigida.
El periódico de “The Palm Beach Post” reportó “Siempre es obvio que esto se utilizaría para acosar, intimidar y crear miedo en los votantes negros, y esto está concretandose”, dijo el Senador Bobby Powell, un Democrata de West Palm Beach que argumentó en contra del establecimiento de la unidad de DeSantis, la cual se llama la Oficina de Delitos Electorales y Seguridad. Powell y otros ven a esta unidad de delitos electorales como parte de un movimiento nacional de suprimir el voto de electores para así mover el barómetro político a favor de los republicanos al limitar la influencia de los electores afro-americanos, que son el segmento que más apoya al Partido Demócrata. (Traducción y énfasis nuestro).
Los oficiales del orden público encargados de llevar a cabo los arrestos se mostraron confundidos por la situación y se encontraban arrepentidos cuando esposaban a personas por delitos que ellos no entendían en su totalidad. El periodico Tampa Bay Times captó y mostró en su website la grabación de las camaras corporales de la policía al momento de realizar las intervenciones. AVISO: esta grabación puede ser difícil de ver y ocasionar malestar.
La peor parte de todos estos arrestos es que el estado ha expedido tarjetas de identificación electoral a cada votante que así lo haya solicitado. Incluso, hay reportes de que empleados del Departamento de Transportación y Obras Públicas les exhortaban a registrarse para votar.
De igual forma, el autor del proyecto de implemento de la Enmienda Constitucional sobre la Restauración de Derechos (Enmienda 4 de 2018), el Senador Republicano Jeff Brandes ha levantado cuestionamientos significativos sobre los arrestos tuiteando “Como autor del proyecto de ley implementando la enmienda 4, nuestra intención era que aquellos que no eran elegibles pudiesen recibir algún tipo de amnistía por el estado si ellos se registraron sin la intención de cometer fraude electoral. Algunos de estos individuos sí corroboraron con las oficinas de elecciones y creían que podían registrarse para votar. #ILaIntencióCuenta.” Y si, ¡la intención cuenta! La intención del Gobernador DeSantis de asustar e intimidar a votantes afroamericanos para alejarlos de las urnas es muy clara y nos recuerda que el legado siniestro de Jim Crow está vivo en Florida.